Pfr. Johannes Kristf

Así lo vivimos

Una pequeña selección de relatos



Párroco Krisóf-izquierda afuera, con barba

“Yo me recuerdo de él como una persona muy amable, que me recibió en forma muy abierta y donde inmediatamente se podía sentir un vínculo.
El tenía una enorme alegría y una gran  actitud amistosa – y exteriormente muchas cualidades humanas.
Su perro era su distintivo. El estaba siempre con su pastor alemán de Hungría.
Y él atrajo a mucha gente. Igual dónde yo me lo encontré, siempre estaba rodeado de muchas personas.”

“El podía ser tan despreocupado, tan humano. Podía ser muy personal, un hombre de corazón.”

“La gente de la parroquia lo estimaban mucho, porque él visitó a sus feligreses en  sus apartamentos y en sus casas. A la gente le gustaba que él buscara consejo en ellos. Se interesó por cosas de los campesinos, por cómo conservar la verdura, etc. La gente no vió en él al sacerdote, sino él fué uno de los nuestros.”

Su versatilidad a menudo trajo consigo la impuntualidad: “Yo me sorprendía que la gente lo esperaba sin quejarse. Lo querían, hacían todo por él – él también estaba para ellos.”

“No podía decir que no. Y cuando venía, siempre traía algo: Verduras, patatas, vino, fruta. No tenía corazón de llegar con las manos vacías. Lo que más me impresionó fué su hogar tan abierto. Todos podían estar en su casa. – El siempre estaba dispuesto para los demás. Ningún sacrificio le resultaba demasiado grande o demasiado difícil.”

“El era un capellán abierto, moderno y un activo arquero del equipo de fútbol SV Großweikersdorf. Habían misas con música de jazz, lo que a la juventud le gustó mucho. El Capellán tocaba la guitarra, cantaba y organizaba campamentos para la juventud.”

“En los años 70 estuve dos veces con él en Hungría. De eso me acuerdo muy bién. Una sobrina suya o una muy buena conocida se casó y nosotros estábamos junto con él durante la boda. Fué una fiesta que duró trés días. Fué una experiencia inolvidable de ver cómo los húngaros saben celebrar fiestas.”

“Jancsi (Diminutivo de János, Juán en húngaro) dejó una huella de Schönstatt en todas partes donde él estuvo. Construyó en todas partes hermitas de la MTA.”