Pfr. Johannes Krist�f

Un estudiante que estaba de viaje con él, cuenta: “Era el día 18 de un mes. El viajaba a Bruck/Leitha a visitar a amigos. Durante el trayecto le dijo a la Virgen que él necesitaba un auto. Y he aquí, que después de saludar a su amigo que al mismo tiempo era el distribuidor local de automóbiles, éste le ofreció a un precio muy bajo el auto 'Kommodore'.”

Johannes Kristóf trabaja permanentemente consigo mismo y quiere conquistar a otros para el mismo fín: “Algunos de los dirigentes de la juventud que eran estudiantes se molestaban con él porque siempre hablaba de la autoeducación. ¡Eso era para él tan importante!  Siempre autoeducación, ese era su lema. Ahora entiendo por qué. En ese tiempo yo no sabía nada sobre Schönstatt. Aún recuerdo una conversación entre jefes de la juventud, que trabajaban en la parroquia: ‘De nuevo habla de la autoeducación. ¿No sabe hablar de otra cosa?’ Ellos no estaban acostumbrados a que una persona estuviese tan convencido de su idea y algunos de ellos se alejaron de él. Sin embargo él encontró rápidamente sustitutos a través de su forma tan personal.”

Finalmente, él siempre quería cumplir con la voluntad de Dios. El 11 de mayo de 1961 le escribe a su hermana Júlia: “Créeme, soy muy feliz y mientras más cumplo los deseos de Dios, más crece mi felicidad. Lo más importante es, que la persona busque el ideal que Dios desde toda eternidad le ha asignado. Y cuando lo encontramos, nuestra vida se orienta en la realización de este ideal.”

En el verano de 1980 nuevamente subrayó él en una conversación, que básicamente se trata de la entrega total a la voluntad de Dios y el resto dá lo mismo. En los últimos meses de su vida, otras personas notaron que él habia cambiado. Son testigos de que él vivió en su última fase de vida, en entrega total a los deseos de Dios – en el sentido del 20 de enero. ”Su oferta a la MTA fué aceptada. Como alguien de afuera uno se dió cuenta, que algo estaba sucediendo”.