Pfr. Johannes Kristf

Oración

Johannes Kristóf crece en una familia religiosa. La madre va diariamente en la madrugada a la Iglesia y él la acompaña. Los domingos la familia reza unida el Rosario, recién después de rezar el puede ir a jugar football con los otros niños. El hermano mayor de su padre, el tio Miklós era muy piadoso. El mismo quiso ser sacerdote y el siempre rezaba, especialmente durante el ofertorio, por la vocación sacerdotal de János.

Johannes Kristóf reza mucho, solo y con otros:
“Muchas veces viajamos a Schönstatt, la mayoría de las veces por autostopp. En estos viajes  muchas veces tuvimos que interrumpir nuestro viaje en la noche para dormir en algún pajar o cerca de la carretera. A menudo caminamos largas distancias y rezamos el Rosario. Se creaba  una atmósfera religiosa. Esas eran posibilidades, oportunidades para mí para aprender a rezar el Rosario y vivir con él. Después de cada misterio rezábamos: ‘Confío en tu poder y en tu bondad ...’ Cuando rezo ahora ésta oración, vuelvo a revivir esa confianza y esa paz que experimentamos juntos en esos momentos.”

En tu poder y en tu bondad fundo mi vida
En ellos espero confiando como niño
Madre Admirable, en tí y en tu Hijo
en cada circunstancia creo y confío ciegamente. Amén.

„Más tarde adquirimos un Renault 4CV usado, el ‚Szamár testvér’ (ssamahr = asno, burro, teschtwehr = hermano). Viajamos mucho con éste auto. También aquí muchas veces rezamos el Rosario.”

“Me recuerdo que con él siempre teníamos que rezar. También rezamos en Tirol, mi hermana y la abuela (= madre de Johannes Kristóf) estaban también con nosotros. Viajamos toda la noche, cantando canciones populares y rezando. Al Jancsi (Forma familiar de János, Johannes en húngaro) le gustaban mucho las canciones populares.”

“En su último informativo de la parroquia, pidió que cada viernes se rezara el Rosario frente al Santísimo Sacramento para la renovación espiritual de la parroquia, para vocaciones sacerdotales y para que la Virgen se estableciera en el Kahlenberg. Con ésta oración tiene que haber comenzado el día de su muerte. Para ello me pidió antes de partir con su auto, si él no llegaba puntual a la adoración, que yo abriera el tabernáculo y que comenzáramos a rezar.”